Un informe reciente del Foro Económico Mundial, publicado a finales de 2023, estima que el costo del cambio climático asciende a $16 millones de dólares por hora, y proyecta daños anuales alcanzando los $3.1 billones de dólares para 2050. Pero como se pudo comprobar durante esta semana con el paso de Beryl por el Caribe, no es necesario esperar al 2050 porque el impacto de los sistemas climáticos desequilibrados ya son evidentes. Y se están reflejando en la economía. En mayo, Rio Grande do Sul, Brasil, experimentó lluvias extremadamente intensas que causaron inundaciones devastadoras, resultando en la pérdida de al menos 172 vidas y desplazando a más de medio millón de residentes.
Se estimó que las inundaciones generaron pérdidas inmediatas superiores a los $2,200 millones de dólares, incluidos $920 millones de dólares en daños a viviendas. Además, alrededor de 45,000 negocios en la capital del estado se vieron gravemente afectados, con un costo total estimado para el comercio de $91 millones de dólares durante el período afectado. estas cifras aún no incluyen las consecuencias a largo plazo como la propagación de enfermedades y la disminución en la producción agrícola. El cambio climático está empujando peligrosamente a muchos sistemas meteorológicos hacia puntos críticos.

En República Dominicana todavía falta dar un estimado de las pérdidas ocasionadas por Beryl, aunque ya se anunció que afectó a más de 13,000 tareas de producciones agrícolas en la región Sur y las pérdidas de las inundaciones en la capital están por verse en este fuerte inicio de la temporada ciclónica.
Para evitar crisis económicas y promover un crecimiento empresarial sostenible, existen tres medidas clave que emprendedores y empresas pueden implementar desde ahora.
Un ecosistema empresarial ético
Establece estructuras y barreras de protección, proporcionando reglas importantes para que tu organización siga, como una política de Código de Conducta Ética para los empleados en toda la empresa. A pesar del aumento en el número de grandes empresas globales en los últimos tres años que ahora divulgan datos ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), el sistema también enfrenta críticas por la falta de estándares uniformes, prácticas de lavado verde (greenwashing) y definiciones ambiguas. Aunque en realidad, un porcentaje muy bajo de las empresas podría salir airosas de una evaluación de políticas ESG.
Para mejorar esta situación, las empresas deben explorar la posibilidad de establecer una red de colaboradores, proveedores y clientes, con el fin de mejorar la comprensión del impacto que sus operaciones generan. Esto también implica que todas las partes involucradas asuman una mayor responsabilidad y transparencia.
Por supuesto que establecer una legislación para ayudar en este sentido sería vital. Como por ejemplo, la ley francesa de Diligencia Debida, denominada Ley del Deber de Vigilancia (Loi de Vigilance), aprobada en Francia en el 2017, que aunque solo se aplica a las empresas francesas más grandes, estas deben evaluar y abordar los impactos negativos que tienen sobre la gente y el planeta sus propias operaciones, las de las empresas que controlan, y las de los proveedores y subcontratistas con los que mantienen una relación comercial. Por otro lado ya está ocurriendo en países como Colombia, que para abordar la deforestación en el Amazonas, están considerando promulgar un programa de ayudas que beneficien la ganadería local.
Las empresas emergentes y los emprendedores pueden tener un impacto significativo aquí al participar en estas conversaciones y proporcionar informes que mejoren la visibilidad y la calidad de los conjuntos de datos globales.
Uso de la tecnología como aliado
Para evitar que un aguacero te agarre por sorpresa como le sucedió ayer a la mayoría de los negocios de la capital dominicana, una herramienta que puede ayudar a prevenir estos desastres es por ejemplo, Google, Windy y otras plataformas que rastrear las lluvias y las posibles inundaciones.
Puedes apoyarte en la tecnología también para encontrar soluciones concretas para mitigar el impacto económico del cambio climático, como por ejemplo, proveedores de microseguros que realizan pagos automáticos basados en la severidad de eventos climáticos, sin requerir solicitudes o pruebas de pérdida.
Un beneficio verde que podemos darle a la IA es usarla para medir nuestra capacidad de disminuir las emisiones de carbono y lograr así resultados significativos. Además, nos está permitiendo anticipar tendencias y resultados futuros mediante la generación de escenarios predictivos y el análisis de grandes conjuntos de datos, volviendo a nuestras empresas más proactivas a la realidad que enfrentamos con el cambio climático.
Emprende también ecológicamente
A los emprendedores se les conoce por su inventiva, por salir adelante, por ser perseverantes, saben predicar con el ejemplo y saben cuán poderosa es la cultura empresarial para construir negocios más sostenibles. De igual manera es urgente que seamos un poderoso impulsor de la responsabilidad social y ambiental. Por ejemplo, en países como la India, aunque los Informes de Sostenibilidad y Responsabilidad Empresarial (BRSR) no son obligatorios, el 51% de las 100 principales empresas cotizadas en el país están optando por divulgar de manera voluntaria sus datos de sostenibilidad.
Recuerda que la cultura empresarial puede permear también en los empleados y por tanto también estamos contribuyendo a crear por tanto ciudadanos más conscientes con el medio ambiente para el país. Desde las organizaciones más grandes hasta las jóvenes startups, una cultura empresarial que inculca valores y acciones sostenibles debe considerarse una misión crítica en la estrategia de la empresa.